viernes, 19 de marzo de 2010


El universo
El hombre no se limita a tener ante sí cada una de las notas actualizadas en sus impresiones sensibles. Es además un ser pensante. Y lo que aquí nos importa no es referirnos a los actos elementales o complejos que el pensamiento realiza y, por tanto, a los pensamientos que el hombre forjas Lo esencial es algo aún previo y más radical: la manera misma como las cosas quedan presentes ante el hombre, por el mero hecho de ser objeto de pensamiento. Mientras que en la sensibilidad visual, por ejemplo, no se produce sino un mero "haber color", en el pensamiento tenemos ese mismo color como color de algo que es coloreado. El objeto del pensamiento, por el mero hecho de serlo, presenta ese sutil y vidrioso desdoblamiento entre "el que es" y "lo que es". Sólo entonces existe, en el rigor de los términos, posibilidad de hablar de fenómenos y cosas. Por esta misma razón, la teoría kantiana del fenómeno aparece, unas veces, como una teoría de la sensibilidad, y otras, de la inteligencia.




Por otra parte, al entender ese algo, se entiende el "alguien", la unidad de las notas que constituyen el algo. Al colegir, al asociar y disociar las notas constitutivas del algo, el pensamiento colige, en rigor, la unidad de alguien a través de la multitud de sus posibles notas. Como el alguien no se da sino en su algo, resulta que también por aquí el sentido de la unidad, el sentido del alguien, dependerá esencialmente del universo, del horizonte previo en que se mueve la totalidad de la mente.

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